Desde que tomé la iniciativa de participar en los MOOC (Cursos online abiertos y masivos), empecé a escuchar con frecuencia sobre la entrega de “badges” digitales, como un reconocimiento o acreditación de ciertos logros o aprendizajes en estos cursos.
El término en inglés Badge tiene los siguientes significados: condecoración, credencial, insignia.
Haciendo una búsqueda en la web que me permitiera rastrear el origen de su uso en el contexto educativo, encontré una entrada de blog publicado por Montse Ferrer Sans en la que describe los badges como distintivos, que para los años 50 se trataban de adhesivos que se pegaban y se lucían en las maletas de los viajeros, pretendiendo con ello, mostrar los diferentes lugares en que habían estado. Para los años 90, los badges representaban premios que otorgaban las tiendas a sus clientes, como una estrategia de fidelización, y se colgaban en los bolsos como botones. En la actualidad, los badges se convirtieron en distintivos digitales que se exponen o publican en el perfil de las redes, comunidades, blogs o en nuestra página web. La publicación de los badges tiene como propósito, aportar información en nuestro perfil, que permita la construcción de nuestra identidad digital profesional.